No podía faltar!! Si le preguntáis a cualquiera de mi generación por los "electroduendes" sin ninguna duda se nos dibujará una sonrisa! Si le preguntáis que os diga un programa que marcó su infancia muchos de nosotros diremos sin dudar...."La bola de cristal".
Y es que La Bola de Cristal marcó a toda una generación con su planteamiento innovador y sus propuestas inteligentes y arriesgadas.
Y yo particularmente, como seguidor incondicional de esta obra de arte hecha programa de televisión, digo sin ninguna duda que fuimos unos privilegiados al poder disfrutar de un programa dirigido al público infantil y juvenil (y por supuesto a la gente más mayor que también muchos fueron seguidores de la bola) de una calidad inigualable, con una calidad infinítamente superior a todos los que después han hecho para los niños y jóvenes (más claro, no hay ningún programa que se le pueda comparar a la bola de cristal)
UN GRAN PROGRAMA:
Se emitió por primera vez el 6 de octubre de 1984. Cuatro años después, cuando dejó de emitirse, era ya un programa de culto para niños, jóvenes e incluso adultos. La bola no sólo entretenía, sino que enseñaba a pensar y fomentaba valores como la amistad y la solidaridad. Y lo hacía con un formato muy diferente al de los programas infantiles de la época.De hecho, La bola de cristal fue un éxito desde su primera emisión, y no tardó en destacar por encima de la amplia oferta del momento para el público infantil. Así lo demuestran sus cuotas de audiencia, que llegaron a los cinco millones de espectadores en algunas ocasiones, y los diferentes premios que consiguió, entre ellos un Ondas y varios TP.
Cabe destacar el continuo reconocimiento de diferentes sectores de la sociedad hacia este programa que se salía de la norma marcada por los programas infantiles de su época y otros más actuales, y hay que darle las gracias a su directora Lolo Rico que apostara por tratar a los niños como personas adultas.
LOS ELECTRODUENDES:
Los electroduendes se adueñaban de La bola durante la prim
era media hora de emisión. Nacidos de la imaginación de
Lolo Rico, diseñados por la mano creadora de
Miguel Ángel Pacheco y animados gracias al ingenio del guionista
Santiago Alba, eran los habitantes lógicos del programa: si combinas un medio como la televisión con un objeto mágico como una bola de cristal, ¿qué otros seres pueden aparecer sino hadas y duendes? Duendes de la electrónica, por supuesto.
Cinco electroduendes vivían en las tripas del televisor, en un ambiente plagado de chips, cables y turbinas. El hada Vídeo, maestra del rebobinado; el hada Truca, cinéfila de pro; maese Cámara, con más vista que nadie; maese Sonoro, el de las orejas estereofónicas; y, cómo no, la bruja Avería, empeñada en fundir los circuitos de lo que se le pusiera a tiro.
Inducidas por los guiones nada inocentes de Santiago Alba, estas traviesas criaturas daban rienda suelta a sus ácidas críticas y una deliciosa ironía. Pero las disfrazaban de ingenuidad gracias a sus vocecitas infantiles, su extraño lenguaje y su aspecto tierno. "Soy un electroduende y nadie me comprende", clamaban a ritmo de pop ochentero cuando tenían ocasión. Aunque en realidad eran ellos quienes no comprendían a los humanos y sus rarezas. Así que se burlaban de aquellos "humanoides gilivatios", convirtiendo en principal objetivo de sus travesuras a los que tenían más a mano: los presentadores (Isabel Bauzá, Gerardo Amechazurra y más tarde Olvido Gara).
Aunque la sección fue pensada en un principio como el espacio dedicado a los más pequeños -para ellos era un simple show de marionetas-, lo cierto es que los electroduendes supieron ganarse a jóvenes y adultos con su espíritu subversivo. Eran políticamente incorrectos, y nada ni nadie quedaba a salvo de su satírica visión de la sociedad del momento. De hecho, pronto se convirtieron en la editorial del programa.
EL LIBRO-VISOR:
El librovisor ocupaba la segunda media hora del programa. Su objetivo era simple: invitar a los telespectadores a la lectura.
Pero tratándose de La bola estaba claro que no podía hacerse de una forma convencional... Nada de discursos paternales. La directora Lolo Rico quería una fórmula que armonizara literatura e imagen; los guionistas Carlos Frabetti y Carlos Fernández Liria se encargaron de hacerla realidad.
Por El librovisor fueron pasando todos los géneros literarios, de los cuentos infantiles a las novelas de aventuras, de la biografía al cómic, de los pasajes bíblicos a la poesía. Los clásicos eran recreados sin complejos, desmitificándolos a base de grandes dosis de humor. Olvido Gara, por aquel entonces una de las figuras centrales de la movida madrileña, estuvo vinculada a la sección desde el primer momento.
Comenzó como la protagonista de una serie de aventuras en las que le acompañaba un peculiar detective juvenil, Mantequilla (interpretado por Miguel Ángel Valero, el Piraña de Verano Azul), y en las que coincidían con los más diversos personajes de cuentos tradicionales. A partir del programa 13, la sección sufrió un cambio radical. Los cuentos infantiles fueron sustituidos por la literatura de aventuras clásica, y Mantequilla cedió el testigo a Pablo y Pedro, dos actores que por aquel entonces hacían sus pinitos como dúo humorístico. Pablo y Pedro no eran otros que Pablo Carbonell y Pedro Reyes... Con ellos llegó el humor surrealista al librovisor: le daban la vuelta a cualquier héroe literario, creando los gags más insospechados y llevando a Olvido de sorpresa en sorpresa con su manía de ceñirse sólo a la improvisación. El librovisor no se detuvo en la literatura.
Más tarde llegaron las parodias de culebrones a través de dos seriales propios, Baratijas y Después de la bomba, en los que el trío protagonista era acompañado por otros actores y actrices como Fedra Lorente (la Bombi del Un, dos, tres...). También se emitieron entrevistas, homenajes al cine, poemas visuales y canciones escritas expresamente para el programa e interpretadas por Alaska o por sus propios creadores, estrellas del momento como Santi Auserón, Loquillo o Kiko Veneno.
LA BANDA MAGNETICA:
El cine -o más bien la televisión- era el protagonista absoluto de la tercera parte del programa. En La banda magnética se emitía cada semana un capítulo de una serie de producción ajena.
Lolo Rico tenía claro desde el principio que debía tratarse de un producto de calidad, con guiones inteligentes que despertaran la imaginación de los chavales. La banda magnética se abrió con una serie antigua llamada La pandilla, que Lolo encontró casi por casualidad en los archivos de TVE. Una producción americana en blanco y negro que la cadena había emitido con éxito décadas atrás, y que a través de La bola de cristal conquistó también a la generación infantil de los 80. Y es que La pandilla narraba con inteligencia las aventuras de un grupo de niños marginados adictos a las travesuras pero cargados de buenas intenciones. Cuando terminaron los capítulos de esta serie, los responsables de La bola decidieron buscar otra de características similares, que mantuviera la línea definida ya en la sección.
Así llegó La familia Munster, otra producción en blanco y negro protagonizada por una entrañable familia de monstruos. Y más tarde tomó el relevo Embrujada, otra serie también antigua sobre una simpática bruja moderna. En La banda magnética se incluyeron además durante una época monográficos sobre actores y actrices de cine míticos, así como un concurso llamado La chica de la Bola.
LA CUARTA PARTE:
Hacia el programa 21, La bola de cristal amplió su horario de emisión a 120 minutos.
Nació así La cuarta parte, que pasó a ocupar la última media hora del programa. Javier Gurruchaga era el protagonista indiscutible de la sección: partiendo de los guiones que escribía Isabel Alba, el carismático artista desplegaba a placer sus dotes de showman, convirtiendo el espacio en una ácida y surrealista mirada a la actualidad.
El eje central de la sección era El cuarto hombre, una especie de noticiario basado en un bloque de imágenes cuidadosamente escogidas por el documentalista Paco Quintanar, sobre un tema diferente cada semana, y comentadas por Gurruchaga. El cuarto hombre se abría con una cabecera en la que Javier Gurruchaga parodiaba a James Bond. Y no era sólo allí donde el cantante demostraba su talento cómico.
En la sección aparecían una serie de personajes interpretados por él mismo que representaban a su propia familia: su madre Cayetana, con un look a lo Margaret Tatcher; su padre paralítico Gregorio, inseparable de su manta de cuadros: su tía Nancy, recién llegada de América... Gracias a los guiones de Isabel Alba y el particular sentido del humor de Gurruchaga, estos personajes creaban un esperpéntico retrato de la institución familiar. Si hubo una gran protagonista en La cuarta parte -dejando a un lado a Gurruchaga, por supuesto- ésa fue la música.
En la sección no sólo se repasó la historia de diferentes grupos y movimientos musicales, sino que también tuvieron gran relevancia las actuaciones en directo. Por el escenario de La bola de cristal pasaron los principales representantes de la movida: Radio Futura, Toreros Muertos, La Unión, Hombres G, Los Nikis... Además, La cuarta parte apostó por los videoclips, creados por el propio equipo del programa, con lo que La bola se convirtió en uno de los pioneros en producir este tipo de formato en nuestro país. En La cuarta parte se incluyeron también piezas de producción propia, entre ellas dos telefilms, El hombre invisible y Los signos del zodíaco, que se dividían en capítulos de diez minutos.
ENLACES:
Fuentes: electroduendes.net , portalmix.com
4 comentarios:
Joe que blog más currao... Pero me encanta! La verdad es que se pueden aprender muchas curiosidades leyendo tus post. Sigue así que de ese modo cuando me entre la morriña de la infancia sabre donde meterme...
besos
Plaf, plaf, plaf ("esto son palmadas, jeje.
Mu weno, wenisima entrada, me has refrecado la memoria con cosas que ya no me acordaba.
Voy a hacer alguna aportación.
Uno de los niños de la pandilla se llamaba Alfalfa y tenía un remolino en la coronilla. Me acuerdo que me mondaba de risa con los porrazos que pegaban. Tambian había un gordito mu gracioso, pero no me acuerdo del nombre.
Y te has dejado atras mi sección preferida de toda la bola, que es sin duda los inigualables "FAEMINO Y CANSADO", los cuales me imagino que empezarían por aquellos entonces.
Tengo que decir que un programa de ese tipo sólo es posible en una televisión pública, y hoy en día ni eso.
Y ya lo sabes ¡No te rías de la bruja Avería!
Perdon, perdon, perdon!!
Me he ganao una colleja!! como he podio dejarme olvidaos a Faemino y Cansado (grandes entre los grandes)
La cosa es que hubiera jurao que habia puesto algo sobre ellos pero...se me paso!
Y es verdad que empezaron en La bola.
Lo dicho, un fallo enorme.
Un clásico de la televisión, un icono de los años 80. Era cita obligada los sábados por la mañana. Y la música genial.
Publicar un comentario